domingo, 4 de julio de 2010

Poemas y Prosas indispensables para sentir

Rumbeé si novedad por la
veteada calle
que yo me sé. Todo sin
novedad,
de veras. Y fondeé hacia cosas
así,
y fui pasado.

CÉSAR VALLEJO, Trilce (Perú)


El poema que no digo,
el que no merezco.
Miedo de ser dos
camino del espejo:
alguien en mí dormido
me come y me bebe.

ALEJANDRA PIZARNIK, Árbol de Diana (Argentina)


Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo

BASHO (Japón)


No quiero la terrible limitación del que vive tan sólo aquello capaz de tener sentido. Yo no: quiero una verdad inventada.

CLARICE LISPECTOR (Brasil)


QUiero llorar porque me da la gana,
como lloran los niños
del último banco,
porque yo no soy un poeta
ni un hombre ni una hoja,
pero sí un pulso herido
que ronda las cosas
del otro lado.

FEDERICO GARCÍA LORCA, Poema doble del lago Edem (España)


Poeta
Antipoeta
Anticulto
Animal metafísico cargado de congojas
Animal espontáneo sangrando sus poemas

VICENTE HUIDOBRO, Altazor (Chile)


Me fui, como quien se desangra

RICARDO GÜIRALDES, Don Segundo Sombra (Argentina)


Apenas por venir. Ni siquiera volver un poco: estaré
de ida siempre. De ida
miro, de ida caigo.

FRANCISCO URONDO, Cánones (Argentina)


Vení a dormir conmigo:
no haremos el amor, el nos hará.

JULIO CORTÁZAR (Argentina)


Qué alegría vivir
sintiéndose vivido.
Rendirse
a la gran certidumbre, oscuramente,
de que otro ser, fuera de mí, muy lejos
me está viviendo.

PEDRO SALINAS, La voz a ti debida (España)


Entonces, escribir es el modo de quien tiene la palabra como cebo: la palabra pescando lo que no es palabra. Cuando esa no-palabra -la entrelínea- muerde el cebo, algo ha sido escrito. Una vez que se pesca la entrelínea, sería posible expulsar con alivio la palabra. Pero ahí se detiene la analogía: la no-palabra al morder el cebo, lo ha incorporado. Lo que salva, entonces, es escribir distraídamente.

CLARICE LISPECTOR, Aguaviva (Brasil)

2 comentarios:

  1. Incluyo el poema que mas me ha hecho sentir:

    LA CARICIA PERDIDA

    Se me va de los dedos la caricia sin causa,
    se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
    la caricia que vaga sin destino ni objeto,
    la caricia perdida ¿quién la recogerá?

    Pude amar esta noche con piedad infinita,
    pude amar al primero que acertara a llegar.
    Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
    La caricia perdida, rodará... rodará...

    Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
    si estremece las ramas un dulce suspirar,
    si te oprime los dedos una mano pequeña
    que te toma y te deja, que te logra y se va.

    Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
    si es el aire quien teje la ilusión de besar,
    oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
    en el viento fundida, ¿me reconocerás?

    Alfonsina Storni

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  2. No había visto tu comentario, Circe. Es hermoso el poema de la Storni, entiendo que te haya hecho sentir. Gracias por pasarte. Saludos!

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